martes, 18 de marzo de 2014

LA PICTÓRICA CONEXIÓN CRISTO-JUDAS



Se dice que Leonardo Da Vinci utilizó a un joven novicio como modelo para representar a Cristo en su famoso cuadro La Última Cena, pintado en el convento de Santa María delle Grazie, en Milán. Cuando le preguntaron el motivo de por qué se había servido de este muchacho dijo que le había impresionado su devoción al verle rezar en una capilla del convento. Pero pasó el tiempo, en concreto diez años, y aquel cuadro no terminaba de estar acabado. Los monjes le preguntaban continuamente el motivo y el les contestaba que tal retraso se debía a que no encontraba un modelo apropiado para pintar a Judas. Un buen día mientras caminaba por las heladas calle de Milán se fijó en un mendigo que le tendía una escudilla pidiéndole unas monedas. Leonardo quedó maravillado al comprobar que aquel rostro era el apropiado para plasmar la traición del discípulo de Cristo. Y más asombrado se quedó cuando supo que el mendigo no era otro que aquel joven novicio que le había servido de modelo hace años. Parece ser que cuando acabó de posar huyó del convento renegando de la fe cristiana.