domingo, 20 de abril de 2014

¡QUE EL PADRE DE LOS DIOSES TE GUARDE!



En la antigua Grecia, el filosofo Aristóteles y el médico Hipócrates creían que cuando alguien estornudaba era síntoma de que estaba enfermo o que pronto iba a morir. Para evitar esa desgracia aconsejaban que cuando eso pasara la persona sana le dijera inmediatamente: “¡Que goces de buena salud!” o “¡Que Zeus te guarde!” Igualmente Pitágoras opinaba que cuando alguien estornudaba se le escapaba un poquito de alma por lo que al momento había que rezar a los dioses para que volviera a su sitio.

En cambio los romanos creían que el estornudo no era signo mortal, al revés, anunciaba una próxima enfermedad y que a través de él se expulsaban espíritus malvados. De ahí que también invocaran buenos presagios al futuro enfermo.