Uno de los
posibles orígenes de la Guardia Real Española proviene de los llamados Monteros
de Espinosa. Cuenta la leyenda que esta guardia tan particular nació alrededor
del año 1066 y que fue creada por el rey Sancho García de Castilla para premiar
a un escudero suyo que le había avisado a tiempo de una traición que a punto
estuvo de acabar con su vida. Se dice que la madre del nuevo rey, la condesa doña
Aba, ansiosa por tener un poder que se le había negado por su condición de
mujer, acordó con un caudillo musulmán matar a su propio hijo. Pero el plan les
salio bastante mal ya que una de las damas de la condesa, que se había enterado
de los malvados planes de su señora, acudió a su marido, Sancho Peláez, que era
escudero del rey, para que le avisara del peligro que se cernía sobre su
cabeza. Éste rápidamente previno a su señor y gracias a ello se pudo detener a
los conjurados. Es evidente que el rey Sancho quedó muy complacido por el
servicio prestado por la pareja y como el marido era oriundo de la villa
burgalesa de Espinosa de los Monteros, en premio a su fidelidad estableció lo
siguiente:
“Leal me
fuiste, Sancho Peláez. Desde ahora guardarás mi sueño. Y que guarden también
los hijos de Espinosa en los siglos venideros el sueño de todos los monarcas
que Castilla tenga”.
A partir de aquí
quedó inaugurada la guardia real de Monteros de Espinosa, o Monteros de Cámara,
entre cuyas funciones destacaban: ser la guardia nocturna en las alcobas de los
reyes de Castilla; cerrar el palacio y custodiar las llaves para que nadie
entre o salga sin su permiso; escoltar a sus majestades en sus horas de
servicio sea dentro o fuera del castillo; estar al lado de la cama del rey en
caso de enfermedad, y finalmente acompañar al cuerpo del monarca fallecido
hasta la tumba. Esta guardia tan especial solo podía estar integrada por
hidalgos o naturales de la villa de Espinosa de los Monteros y estuvo vigente hasta
1931 cuando la Segunda República la eliminó debido a que no había reyes que
custodiar. Pero de nuevo con la reinstauración de la Monarquía volvió a tener
utilidad aunque ahora encuadrados dentro del llamado Grupo de Honores de la
Guardia Real.