A veces los
pequeños detalles son los que más facilitan la vida. Y si no ¿que opinan de la
fregona? ¡Hay que ver la de horas de sufrimiento nos ha quitado y lo limpio que
lo queda todo! Pues la aparición de este invento hay que otórgaselo a Emilio
Bellvis Montesano, quien además procedía de una verdadera saga de inventores ya
que su padre, Camilo Bellvis, fue el que ideó la olla exprés. Parece ser que en
la década de 1950 mientras trabajaba como ingeniero en el Ejercito del Aire, en
Zaragoza, otro oficial llamado Manuel Jalón se aproximó a él y le explicó que
en Estados Unidos muchos hangares limpiaban el aceite que se caía de los
aviones con unos cepillos rígidos unidos a un palo largo. A Emilio le
entusiasmó la idea pero quiso ir más allá. Así que cambió aquel cepillo duro
por una bayeta que acabó uniéndola a un palo. Además, para mojarla también
inventó un cubo con forma carcasa de avión al que le montó una especie de
tricornio agujereado al revés por el que se podía escurrir el líquido sobrante
de la bayeta. En cuanto perfeccionó este ingenio rápidamente lo puso a la venta
con la marca Rodex ayudando de este manera a muchas amas de casa que en
aquellos años tan duros tenían que ponerse de rodillas para que los suelos
quedaran brillantes y pulcros.