El motivo por el
que esta cordillera situada al Sur de España se llama así hay que buscarlo en
uno de los mayores casos de corrupción que se produjeron en la Antigua Roma.
Corría el año 33 d. C cuando el Imperio Romano se vio sumergido en una gran
crisis económica que amenazaba con llevarse por delante hasta al mismo Tiberio.
Y como éste no estaba dispuesto a abandonar el dorado trono palatino no se le
ocurrió otra cosa que buscar financiación hasta debajo de las piedras. Aunque
fuera a costa de la vida de alguno de sus hacendados o gobernadores
provinciales más ricos. Es por ello que se fijó en el eminente romano Sexto
Mario, el cual poseía una gran riqueza extraída de sus minas en el Mons
Marianus, en Hispania (precisamente de este nombre es de donde proviene el
topónimo Sierra Morena). Tiberio buscó cualquier pretexto para encausarle y en
poco tiempo fue condenado a muerte y arrojado por encima de la Roca Tarpeya,
castigo horrible destinado a los que eran acusados de traidores. En un visto y
no visto sus minas fueron confiscadas pasando a manos del Emperador quien rápidamente
pudo pagar sus deudas, aunque estas monedas estuvieran manchadas con la sangre
de un crimen.