viernes, 10 de octubre de 2014

LA NATURALEZA CONTRA LOS FARAONES



A pesar de que se dice que los antiguos faraones eran la representación viva de los dioses, parece ser que esta cualidad no era muy apreciada por los animales que moraban en el Nilo. Hubo momentos en que hipopótamos y los cocodrilos se convirtieron en el enemigo público de la tierra de las pirámides. En la actualidad, muerte arriba muerte abajo, se estima que este mamífero mata a unas 3000 personas al año en África, y en la época de los faraones también eran igual de mortíferos. Se dice que una de los primeros personajes importantes en morir por culpa de un hipopótamo fue Narmer, el primer faraón del antiguo Egipto. Un día cuando iba de cacería con los suyos fue embestido  por uno de estos animales (otros opinan que el hipopótamo se sentó encima suya) y a raíz de las heridas sufridas murió entre terribles dolores.

En cambio fue otro animal, en concreto un cocodrilo, el que acabó con la vida del fundador de la IX Dinastía Jety I, alias “El Cruel”. Cuenta la leyenda que le encantaba matar a la gente cuando se aburría y que se excitaba en grado sumo cuando torturaba a sus enemigos. De él se dice que fue “el lamento de todo Egipto”. Pues bien, entre torturas y derramamiento de sangre, un día que iba distraído pensando seguramente en su siguiente fechoría se acercó tanto al Nilo que en un visto y no visto fue devorado por un cocodrilo ante la mirada horrorizada de su guardia personal. La creencia popular opina que fue el propio Ammit, el diablo devorador de almas humanas del Mas Allá, quien se introdujo en aquel animal y devoró al faraón como castigo por tratar tan mal a su propio pueblo.