Todo cinéfilo
sabe que la exuberante actriz americana Jayne Mansfield (a la derecha de la
foto) tuvo una muerte terrible al ser decapitada por un parabrisas durante un
accidente de circulación sufrido en una carretera del estado de Mississippi en
1967. Según parece el coche, que iba a gran velocidad, acabó empotradose en la
parte trasera de un tractor, y rápidamente los medios de comunicación
recogieron este luctuoso hecho en todos los periódicos. Pero junto a la noticia
también comenzó a circular una leyenda urbana en la que se relacionaba este
accidente con el hecho de que Jayne Mansfield había empezado a coquetear con el
satanismo al haber ingresado en la Iglesia de Satán, liderada por Anton LaVey.
Hay quienes aseguran que ésta le pidió a LaVey que lanzara una maldición a su
novio, Sam Brody, porque no sabía cómo librarse de él. Y verdaderamente el
sortilegio tuvo su efecto porque Sam murió en un accidente de tráfico… él mismo
que el de la propia Jayne Mansfield. Parece ser que Sam Brody era el que
conducía el coche que se empotró contra el tractor. ¡Desde luego que Satán se
excedió en su cometido!