Rita Hayworth es
uno de las actrices más importantes de la Historia del Cine. En eso no hay
ninguna duda. Quién no se acuerda de su sensual baile en la película Gilda (1946), de sus hipnóticos
movimientos y aquella forma tan erótica con la que se quitaba los guantes. Esta
película causó en España un gran revuelo. La clase conservadora puso el grito
en el cielo cuando se estrenó en los cines, amenazando incluso la iglesia con
excomulgar a aquellos pecadores que se atrevieran a ir a ver la famosa cabellera
de la actriz americana. Los tumultos no cesaron y, por ejemplo, se sabe que un
grupo de exaltados se acercaron a un cine a tirar pintura negra a la pantalla.
¡Qué gran publicidad le hicieron! Tanta repercusión tuvo Gilda que hasta circuló una leyenda urbana asegurando que en
algunos pases se podía ver la película integra, en plan versión del director,
en la que Rita Hayworth se desnudaba por completo.
Pero ¿acaso sabían aquellos falangistas y curas enfadados, que la tal Rita tenía una cantidad importante de sangre española? Pues sí. Su verdadero nombre era Margarita Carmen Cansino, y aunque nació en Nueva York era hija de Eduardo Cansino Reina, natural de Castilleja de la Cuesta (Sevilla), que, a la vez, era descendiente del bailarín flamenco Antonio Cansino. E incluso se sabe que su padre tenía cierta parentela con el famoso escritor y traductor Rafael Cansinos Assens. Pero a pesar de ser casi española, para triunfar en Hollywood se cambió el nombre y utilizó para ello el apellido de su madre, una mujer de origen irlandés llamada Volga Margaret Hayworth. Pero a pesar de ello nunca se olvidó de sus raíces y si no fíjense en lo bien que hace de española en una de sus primeras películas Sangre y Arena (1941), inspirada en la novela de otro español universal Vicente Blasco Ibáñez.