viernes, 21 de octubre de 2016

LA PRIMERA DOCTORA DE LA IGLESIA



La Iglesia Católica considera Doctor de la Iglesia a aquellos santos que por su erudición y sabiduría han ensalzado los preceptos básicos de la cristiandad. Si se observa la lista de venerables santos casi todos son varones y pocas las mujeres elegidas. Y dentro de ellas llama también la atención que la primera a la que se le otorgó dicho título fue a Santa Teresa de Jesús. La pía abulense inauguró dicho ranking para las mujeres aunque, hay que decirlo, a pesar de las reticencias de algunos sectores del Vaticano, incluido el Santo Padre. Santa Teresa fue beatificada por el Papa Paulo V en 1614, y no fue hasta principios del siglo XX cuando se pensó en convertirla en Doctora de la Iglesia, pero fue otro papa Pio XI quien negó a la española este título al decir lo siguiente: “Obstat sexus” (el sexo lo impide). Pero no fue hasta 1970 cuando Pablo VI  proclamó que Santa Teresa de Jesús  era verdaderamente Doctora de la Iglesia Universal. Pero en su contra, no hay que olvidarlo, este Santo Padre lo hizo a regañadientes. Esta decisión le escocía bastante y fue en la misma homilía del nombramiento cuando no se pudo contener y dijo lo consiguiente:

“Hay que notar que Santa Teresa de Ávila es la primera mujer a quien la Iglesia confiere el título de doctora; y esto no sin recordar las severas palabras de San Pablo: “Las mujeres cállense en las iglesias” (1 Cor. 14,34); lo cual quiere decir todavía hoy que la mujer no está destinada a tener en la Iglesia funciones jerárquicas de magisterio y de ministerio…”

En verdad feas palabras provenientes de la persona que es el Vicario de Dios en la Tierra. Aun así, tuvo que tragar con esta decisión y concederle a la santa española el merito que tanto tiempo había estado esperando. Detrás de ella llegaron otras doctoras demostrando con ello que las mujeres no son un elemento decorativo ni menor en la religión cristiana.