En los albores
del cine muchas personas acudían en masa a los estudios de Hollywood o Nueva
York para conseguir una audición con el fin de llegar a ser estrellas del celuloide, y de
este modo ser admirados por todo el mundo. Pero como dice la Biblia muchos eras
los llamados pero pocos los elegidos. Las pruebas eran duras, y muchas veces
llegaban a crispar los nervios de los aspirantes. Aunque nada tiene que ver con
lo que pasaron las actrices de cine mudo Lilian y Dorothy Gish cuando se
presentaron en 1912 en los estudios Biograph deNueva York para la audición de
la película Two Daughters of Eve. Después
de maquillarlas un poco las hicieron pasar a un plató el cual estaba totalmente
vacío, y para sorpresa de ambas apareció el director de la película D. W.
Griffith empuñando una pistola y nada más verlas comenzó a perseguirlas durante
un buen rato amenazándolas con matarlas allí mismo. Claro está las dos actrices
corrieron de acá para allá como locas, muertas de miedo, y aunque pueda parecer
increíble, gracias a esto pudieron conseguir el papel deseado, pues el director
quería comprobar si en las caras de ambas hermanas se reflejaba bien el terror.