Muchas veces
hemos oído decir de la expresión “Sabe más que Lepe” o “Es más listo que Lepe”
alegando que una persona tiene muchos conocimientos y sabe responder a
cualquier pregunta que le hagan por muy intrincada que sea. Pero ¿sabían de
donde proviene este dicho tan famoso? Hay quienes opinan que su origen proviene
de un religioso oriundo de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) llamado don Pedro de Lepe
y Didantes (1641 – 1700), obispo de Calahorra, el cual atesoraba una gran
sapiencia además de haber escrito uno de los grandes betsellers de la época, el Catecismo
de la Doctrina Cristiana.
En cambio otros
creen que este dicho es mucho más antiguo y se lo adjudican a un tal Juan de
Lepe, ciudadano ilustre de esa localidad de Huelva. Parece ser que el tal Juan
era muy pobre, pero lo que le faltaba en sus bolsillos lo ganaba en inteligencia.
Tan dicharachero y arriesgado era que nada más llegar a Inglaterra en el siglo
XV se introdujo en la corte y con los años se hizo amigo, confidente y bufón
del propio rey Enrique VII (tal vez por esto se hable de los chistes de Lepe).
Un día en que el rey estaba aburrido Juan le propuso jugar a las cartas para
pasar el rato. Al principio solo apostaron unas pocas monedas pero el rey
comenzó a picarse y las apuestas comenzaron a írseles de las manos. En la
jugada decisiva Enrique VII, todo excitado por la partida, quiso jugarse el
reino entero prometiendo a Juan que si perdía esa mano le cedería la corona por
un día. Y así fue, el rey perdió y Juan, el bufón de la corte, se convirtió en
monarca durante 24 horas pasando a conocérsele como “el pequeño rey de Inglaterra”. Pasado ese tiempo volvió a cederle la corona
a su legítimo dueño y con los años Juan volvió cargado de riquezas a su
localidad de Lepe. Allí vivió holgadamente y con el dinero que había traído
restauró el convento franciscano de Nuestra Señora de la Bella, en donde a su
muerte fue enterrado.