El Sahara. Un
lugar, actualmente en continuo conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario,
que a los españoles nos trae a la memoria imágenes de desiertos infinitos,
padres y abuelos convertidos en soldados que hacían el servicio militar entre
arenas inmensas y permisos en Sidi Ifni, o recuerdos de la última colonia de un
Imperio que hace siglos perdimos por el devenir de la Historia. Ahora para los más
jóvenes no es más que un punto en el mapa africano, pero hubo un tiempo que fue
un orgullo para los españoles y en el que incluso se produjo nuestra última guerra
colonial. La más desconocida de todas en este siglo XX. Una lucha que fue
silenciada en su momento y que poco a poco va saliendo a la luz en un buen
número de ensayos históricos. Una encomiable labor de recuperación de la
memoria hecha por historiadores como por ejemplo el que ahora les traigo en
estos momentos, Juan Pastrana Piñero, autor de la obra Arde el Desierto, en el que analiza de manera brillante como fue
aquella guerra del Ifni-Sahara en 1957-1958 y como cambió el mundo marroquí a
partir de entonces.
Obviamente, como
cualquier trabajo histórico que se precie el autor retoma esta historia desde
el principio, ab ovo, poniéndonos en
situación acerca de la historia del Sahara español antes del conflicto desde su
hallazgo, colonización y aprovechamiento de esa pequeña franja pesquera (Santa
Cruz de la Mar Pequeña) y finalmente hasta su ocupación definitiva de Ifni en
1934 en tiempos de la Segunda República (y no como piensan algunos que lo del
Sahara fue un invento de tiempos franquistas) Tras hacernos aterrizar en un
mundo de límpidas arenas y cielos inmensos, Juan Pastrana Piñero nos lleva al
meollo de la cuestión, a la propia guerra en sí. El 7 de Abril de 1956 se cierra
en Rabat un acuerdo en el que se anuncia el fin del Protectorado Español sobre
Marruecos quedándose España con la zona de Ifni. Este cierre en falso
envalentona a los marroquíes y comienza a soñar con la independencia total de
la zona y principian a reclamar las colonias españolas del Sahara. El soberano
alauita Mohammed V alienta y finanza grupos paramilitares y nacionalistas árabes
como Istiqlalal o el Ejercito de Liberación Marroquí para llevar a cabo estos
planes.
El 10 de Abril
de 1957 después de que se produjeran violentos disturbios y asesinatos de
soldados y funcionarios españoles en la zona el gobierno español decide enviar allí
dos banderas de la Legión pero como el hostigamientos de las guerrillas son persistentes
Franco ordena enviar otras banderas de la Legión con el fin de acabar con esta
mini guerra. Pero llega el mes de Noviembre y el conflicto en vez de enfriarse
se caldea más. El día 23 las fuerzas marroquíes cortan las comunicaciones en
distintos puntos y atacan simultáneamente con miles de guerrilleros el Sidi Ifni.
Sitian la capital pero al ser difícil de atacar y debido también a la bravura
de sus defensores junto a la ayuda recibida desde el mar, la capital resiste.
Tras los primeros envites el asedio queda en tablas y se mantiene hasta Junio
de 1958. El Ejercito de Liberación
Marroquí, viendo que no podía logra su fin decidieron entonces tomar, en una
segunda fase, otros puntos vitales del Sahara español y seguir hostigando a los
soldados enemigos. Es en estos momentos cuando se produce uno de los momentos
claves del conflicto, la Batalla de Edchera (1958). Un grupo de guerrilleros
asediaron a una expedición de la Legión y a pesar de que fue una lucha
desesperada solo murieron un total 87 soldados frente a los 241 del bando marroquí.
Obviamente esto levantó mucho la moral a las fuerzas gubernamentales. A partir
de ese momento y junto a la entrada de la ayuda amiga del ejército francés
ambos países (España y Francia) consiguieron barrer al enemigo marroquí y
reconquistar la zona. Marruecos admite la derrota pero en los acuerdos de Angra
y Cintra les son devueltos buena parte de los territorios saharauis menos el
Sahara Español y Sidi Ifni (que se perderán años después en 1975 en los
Acuerdos de Madrid tras la famosa Marcha Verde).
Tras la lectura
de este libro tan vibrante, el autor nos hace observar ciertos hechos
importantes. Por un lado el lamentable estado en que estaban los soldados
españoles, un autentico ejercito en sandalias y armamento desfasado, frente al
mejor equipamiento marroquí más preparado. Como siempre se había ensalzado las
virtudes castrenses españoles pero la verdadera realidad es que el soldado español
del momento estaba totalmente desprotegido frente a las adversidades del lugar teniendo
muchas veces la bravura como única arma. También nos señala el libro Arde el Desierto, como las fuerzas
internacionales tuvieron que intervenir en el asunto y como por ejemplo Estados
Unidos se convirtió en juez de la contienda prohibiendo a España utilizar sus
armas (barcos y aviones) en combate llegando por tanto las tropas españolas a
utilizar armamento de la Segunda Guerra Mundial. Y lo que es más grave y
dañino: fue una guerra totalmente silenciada por las autoridades de Madrid.
Viendo que el ejército del Sahara estaba siendo sitiado y en apuros decidieron
que las noticias no llegaran a España y sí así se hacía que lo fuera de manera
sesgada. Atención a lo que decía una noticia del periódico ABC en aquellos
días: “No se registran actividades de importancia en los territorios españoles
de África Occidental. Se han producido algunos tiroteos en Ifni y Sahara…” Incluso
se enviaron a humoristas como Gila o folcloristas como Carmen Sevilla para
levantar los ánimos de las tropas españolas en plan tour de las estrellas. Pero
la verdad es que hubo alrededor de 300 bajas puestas encima de la mesa y como
eso iba en contra de la imagen del Régimen el asunto quedó aparcado y olvidado,
los veteranos silenciados, y así hasta que como he indicado anteriormente poco
a poco el trabajo de los historiadores, como Juan Pastrana Piñero, van mostrándonos
poco a poco como fue en realidad aquel conflicto a base de duro esfuerzo, un
aparato bibliográfico contrastado y una narración brillante.