domingo, 27 de agosto de 2017

LAS MONEDAS JUSTAS



Sobre el príncipe Vlad III de Valaquia (1431 – 1476) , nacido como Vlad Draculea y más conocido por sus enemigos como Tepes (El Empalador) se han escrito cientos de historias y algunas de ellas tan truculentas que  incluso se le ha hecho entrar en la leyenda como un ser maligno chupador de sangre. Como consecuencia de ello su verdadera historia y reinado se han desvirtuado tanto que a día de hoy se ha convertido en un mero cliché de los cuentos y películas de terror. Aun así en su Rumania natal es todo un héroe no solo por defender su tierra del poder de los otomanos sino por aplicar justicia en sus dominios aunque fuera de una manera un tanto expeditiva. Por ejemplo se cuenta que una vez un comerciante florentino que viajaba de noche por tierras de Transilvania fue atracado en un desfiladero por un grupo de asaltantes quienes además de su caballo se llevaron una bolsa llena de monedas de oro. Cuando el pobre comerciante llegó andando a un pueblecito cercano denunció el hecho y de inmediato las autoridades del lugar se pusieron a buscar a los maleantes. Un día después el comerciante fue llamado  al castillo de Drácula y en cuanto atravesó sus puertas pudo ver en el jardín de entrada a todos los ladrones empalados junto a sus familias. Entonces el príncipe se le acercó y le dio la bolsa que le habían robado. El comerciante le dio las gracias y cuando estaba a punto de partir el príncipe le pidió que las contara. Ya fuera por agradecimiento o por miedo a su anfitrión así lo hizo pero cuando terminó dijo que había una moneda de más. Fue entonces cuando Drácula le dijo: “Verdaderamente tu honradez te has salvado. Si por un casual te hubieras llevado la bolsa con una moneda de más ahora mismo estarías bailando en la estaca más alta junto a los ladrones”.