lunes, 18 de febrero de 2019

BREVE HISTORIA DE LOS NACIONALISMOS - Iván Romero


Desde hace unos años, al abrir un periódico, encender la televisión o la radio, a cualquier hora, podemos darnos cuenta que últimamente existe un auge de los sentimientos patrios de lo más exaltados. Con banderas o símbolos nacionales unos reclaman derechos mientras que otros, los contrarios, demandan, con distintas enseñas, deberes hacia la tierra en donde uno vive. Estamos instalados en una espiral de reivindicaciones y exaltaciones patrias que parecían aletargadas hace tiempo. Pero están ahí. Y es en este punto donde hay que pararse, reflexionar y preguntar a los que vocean desde una posición u otra qué es para ellos una nación, un estado, y demandarles que nos definan que son los nacionalismos y cómo estos influyen en las políticas del día a día. Lo más seguro que muchos de ellos no sepan a fin de cuentas de lo que hablan y se hallen instalados en un discurso de frases huecas. Aunque por desgracia a muchos de nosotros puede pasarnos lo mismo. Así pues les animo a que se tomen un tiempo y tranquilamente se adentren en el interesante trabajo de Iván Romero titulado Breve Historia de los Nacionalismos en donde nos desgrana la historia de cómo se concibieron las naciones (las existentes y aquellas que ya no lo están) y cuáles fueron las ideas que inspiraron la filosofía de los nacionalismos desde la misma Revolución Francesa hasta la triste y reciente Guerra de los Balcanes. Por tanto nos encontramos con un libro no solo didáctico sino muy necesario para los tiempos que corren.

El autor comienza, con toda lógica, a definirnos las distintas teorías de nación como por ejemplo el de pueblo o conjunto de pueblos que tienen una identidad común y que toman sus propias decisiones, para después analizar los distintos enfoques que se ha habido para definir qué es un nacionalismo ya sea desde el punto de vista cultural, idiomático, geográfico, o de raza. Han sido distintos autores de renombre como Rousseau, Herder, Fichte o Renan quienes han sostenidos diferentes versiones de lo que nosotros actualmente (y en su tiempo) podemos considerar como nacionalismo. Es interesante observar que cada definición o punto para apoyarse en el concepto de nacionalismo ha influenciado el devenir de un pueblo. Pero ¿Cuál es el encuadre histórico, principal, que nos permite hablar de nacionalismos? Pues sobre todo los siglos XIX y XX. La evolución de éstos podríamos comenzarlo en la Revolución Francesa (1789) cuando el pueblo y sus dirigentes comienzan a darse cuenta de lo que es la propia soberanía nacional y lo que emana de ella. Esas ideas novedosas y revolucionarias fueron exportadas gracias a las conquistas napoleónicas al resto de Europa lo que curiosamente provocó el alzamiento nacionalista de otros países que deseaban sacudirse el yugo que les había impuesto el emperador francés. Países como España, Polonia o Italia, por citar algunos, o el mismísimo Imperio Austrohúngaro, se sacudieron aquellas  cadenas afirmándose en los puntos de unión que había en sus países. Tras la caída de Napoleón Europa consiguió, momentáneamente el equilibrio tras el Congreso de Viena que se desarrollo entre 1814 y 1815. Y aunque era prioritario que Europa volviera al status quo anterior tras la efervescencia revolucionaria el germen de los nacionalismos ya se había instalado en muchos países.

Los verdaderos motores ideológicos del siglo XIX fueron el liberalismo, las bonanzas provocadas por las revoluciones industriales y los nacionalismos. Tras Napoleón muchos pueblos quisieron afianzar sus afinidades y a partir de 1848 podemos asistir a lo que se ha denominado La Primavera de los Pueblos. Se produce las unificaciones de Alemania e Italia y países como Grecia o Bélgica consiguen sus fines en una Europa en ebullición nacional. A largo plazo esto produjo por un lado el auge del imperialismo y las ansias de conseguir colonias y tutelas por medio mundo y desgraciadamente la llegada ya en el siglo XX de los fascismos e ideas totalitarias que irían desembocando en sendas guerras mundiales. La ayuda fraterna (e interesada en muchos casos) produjo que los países se alinearan en uno u otro bando para exterminarse mutuamente. Llama la atención que el auge de los nacionalismos también provoque de rebote la desunión de los imperios pues los pueblos sometidos a ellos también necesitan independizarse como ocurrió por ejemplo a las naciones americanas tras la Guerra de Independencia española o al proceso de descolonización que se fue produciendo gradualmente en el siglo XX en lugares tan remotos como África o Asia.
La última parte de esta Breve Historia de los Nacionalismos se centra por un lado en los llamados conflictos periféricos, es decir aquellos problemas todavía sin resolver como por ejemplo el caso irlandés, armenio, checheno, kurdo o la sangrienta guerra que se produjo en los Balcanes, y por otro lado en los nacionalismos propios, internos de nuestros país, que hoy en día siguen marcando la agenda política: el nacionalismo catalán o vasco y cuáles fueron sus orígenes y desarrollo a través de nuestra historia. Como se puede ver nos encontramos ante un libro que nos hace de principio a final reflexionar sobre la deriva nacionalista que nos embarga hoy día y cuáles fueron las raíces que tuvieron a lo largo de los siglos en distintas partes de Europa. Recapitulando, un libro para leer tranquilamente y hacernos entender como han sido los nacionalismos a través de la Historia. En verdad un libro muy necesario.