lunes, 11 de febrero de 2019

SARTINE Y LA GUERRA DE LOS GUARANÍES - Juan Granados



"Los jesuitas fueron los más decididos e inteligentes de las órdenes misioneras. Sus misiones en Paraguay constituyeron el intento mas exitoso de conversión y aculturación entre todos los indios sudamericanos."
(John Hemming, antropólogo)

El año 1750 es una fecha de suma importancia dentro de la historia de América, y más en concreto en la epopeya americana de los españoles y portugueses desde el descubrimiento del continente allá por el celebérrimo año de 1492. Ese año se produjo el Tratado de Madrid, ejecutado por su serenísima majestad Fernando VI y por el Rey de Portugal Juan V, y en el que se estipula una serie de repartos dentro del territorio del Paraguay. Ambos reinos tenían territorios limítrofes en continuo litigio pues las fronteras en la zona de la Colonia de Sacramento no estaban claras. Por tanto y gracias a este tratado se fijan nuevas fronteras que curiosamente coinciden en gran parte con las actuales del Brasil. Pero este repartimiento de tierras no fue tan sencillo como parece a simple vista. En aquel territorio de Sacramento se alojaban una gran parte de las reducciones jesuitas que tenían a su cargo la educación y control de los guaraníes, oriundos del lugar. Debido al tratado entre España y Portugal un buen numero de esas reducciones (unas siete en total) pasarían a engrosar la corona de Portugal por lo que la jurisdicción de los jesuitas quedarían a merced de los insaciables esclavistas siempre dispuestos y al acecho de mano barata de trabajo. Como consecuencia ocurrió un levantamiento de estos enclaves guaraníes produciéndose la denominada Guerra Guaraní entre 1752 y 1756 dirigida por el cacique José (Sepe) Tiaraju. Acabó en desastre muriendo un total de 1700 indígenas frente a españoles y portugueses. Años después en 1761 este tratado seria revisado por otro, el llamado Tratado del Pardo en el que se anulaba el anterior, no se entregaban las reducciones jesuitas orientales y la colonia de Sacramento pertenecería a Portugal. 

Este es el preámbulo histórico que Juan Granados nos muestra en su última novela de la serie de Sartine titulada Sartine y la Guerra de los Guaranies. Nuevamente el autor retoma las peripecias de este aventurero a las órdenes del Marques de la Ensenada para mostrarnos uno de los principales episodios de nuestra Historia. Sartine se sumerge totalmente en este episodio que antes les he nombrado y lo hace de una manera vibrante, entrañable y divertida haciendo que el lector pase una lectura de lo más entretenida y agradable. El Marques de la Ensenada esta preocupado con el tema de las reparticiones en el nuevo mundo y antes de que se produzca el Tratado de Madrid decide enviar a su hombre de confianza, Sartine, al Nuevo Mundo para tantear el terreno y ver en que beneficia y en que perjudica este nuevo acuerdo entre España y Portugal. Por tanto nos encontramos a nuestro héroe en las calidas y enigmáticas costas del Paraguay embarcado en una de sus grandes aventuras. En estas no faltara ningún elemento que haga que el lector se despegue del libro: misterios y leyendas como las de la enigmática historia del Rey Nicolás e incluso de la milagrosa Mesa de Salomón; aventuras al limite frente a indígenas y portugueses que no se sabe por qué motivo han decidido que su presencia en aquella tierra no es grata; episodios divertidos y chocantes en los que no faltaran claro esta ni sus fieles camaradas siempre dispuestos a echarle una mano o una pistola en su ayuda ni una deslumbrante mujer de rompe y rasga que hará que a más de uno se le contenga el aliento.

Granados vuelve con esta novela de aventuras devolviendo al género histórico toda la fuerza y vivacidad de los grandes héroes, sean estos modélicos o unos oportunistas que solo se mueven por el mero hecho de la aventura sin fin. Sartine es el arquetipo del héroe de toda la vida que ante el riesgo y el peligro extremo esboza una sonrisa, más peligrosa que el filo de una espada, y se ríe en la cara de la muerte mientras salva a la heroína desdichada. No es un hombre perfecto pero si un personaje inolvidable con el que correrán un sin fin de tramas. Este gran acierto del autor con su personaje también esta propiciado por la construcción y el estilo con el que están efectuadas las novelas de la serie Sartine. Un estilo rápido, sin tregua, directo y sin textos alambicados. Todo ello regado con un humor negro difícil de olvidar. A ello se le añade la importancia que Juan Granados da al hecho histórico en esta novela en concreto y en las precedentes. Sitúa sus escritos con un exquisito mimo enmarcándonos la época con un rigor y didactismo impresionante. La aventura y la historia se funden en estos apasionantes episodios sartinescos.

Les recomiendo que se atrevan a echarle un vistazo al libro de Juan Granados, Sartine y la Guerra de los Guaranies, publicado por Edhasa. Un libro entretenidísimo que no les dejara tiempo de pensar pues no deja tregua al aburrimiento. Aprenderán sobre una época histórica y se asombraran con las ocurrentes aventuras del mítico Sartine. Por cierto, y a modo de colofón les indico que este episodio de los repartimientos de Sacramento y sus reducciones jesuíticas, por si quieren ampliar la información de esta humilde reseña, esta excelentemente reflejado en la inolvidable película La Misión (1985), interpretada por Robert de Niro. A lo mejor lo escrito por mi les ha sonado desde el principio por el film. Es un buen complemento a la lectura de este excelente libro de Juan Granados.