La constitución es el alma de los Estados.
(Isocrates)
Es obvio que de
aquí a un tiempo la política, por lo menos la española, se ha complicado
bastante. En tiempos en los que predominaba el bipartidismo al estilo de aquellas
facciones decimonónicas de progresistas y conservadores, parecía que la
reciente democracia iba encarrillada hacia una política “tranquila”. Pero con
la irrupción de nuevos partidos políticos el ciudadano medio se da cuenta que los
políticos de nueva hornada son incapaces de llegar a ningún acuerdo, gritándose día sí y día también y no parando,
incluso, de llenarse la boca al invocar la palabra constitución con la única intención de modificarla a su criterio
personal. Es por ello que la Constitución Española, aquella que tanto
celebramos en 1978 se ha convertido en una especie de arma arrojadiza, que, curiosamente,
muchos de nuestros nuevos políticos solo invocan sin conocerla profundamente,
tanto su contenido como su historia. Así pues, para que tanto ellos como
nosotros comprendamos y profundicemos en su contenido y en su devenir les
invito a leer el libro La Constitución
Española en 100 preguntas, escrito por el doctor en Derecho Ignacio
Fernández Sarasola y editado por Nowtilus.
El conocimiento
no solo da sabiduría, sino también poder… en este caso poder para conocer de forma
sensata acerca de qué nos están hablando sin que nos consideren unos
ignorantes. La actual Constitución española no es un libro cerrado o un tótem solo
accesible a cuatro sabios, sino que es una herramienta necesaria para que
funcione nuestra perfecta/imperfecta democracia. El autor divide este ensayo en
varios bloques para que el lector medio comprenda de forma amena y rigurosa
como está constituida y cuáles han sido sus influencias históricas más
cercanas. En un primer bloque, Sarasola establece una sencilla base al dejarnos
claro qué es una constitución y su configuración, para pasar a continuación a
establecer una historiografía de otras constituciones anteriores, y cuáles han
sido las influencias, americanas o francesas, por ejemplo, que tiene la actual.
Además lo adereza con preguntas y respuestas acerca de qué títulos se pueden
reformar y cuáles no (tema muy controvertido en la actualidad) y si fuera
posible cómo hacerlo.
En un segundo
bloque entramos en el campo del Título Preliminar de la Constitución como son
por ejemplo los símbolos oficiales que establece, acerca de nuestro idioma,
lenguas o dialectos, que tipo de monarquía es la que se establece y en como el
poder recae en el pueblo. Tras estos preámbulos esenciales, las preguntas
esenciales en las que se centra el autor son como la Constitución aborda temas
tan candentes como la organización territorial de nuestro país en Comunidades Autónomas,
como se articulan las Cortes y sus cámaras, ya sean la alta o la baja, el
número de senadores y diputados, las votaciones y, muy importante, como se
articulan el Gobierno y la Corona y como se deben armonizar para gobernar
España. Capítulos también importantes son los que nos hablan de los derechos y
deberes que amparan a los españoles y que están recogidos en la Constitución,
ya sean los civiles, políticos o sociales. Y, terminando, en su capítulo final
el autor nos pregunta cuáles son las garantías que ofrece nuestra Constitución
y como ésta nos defiende y se auto defiende a sí misma (aquí destaca la
exposición muy bien razonada acerca del problema catalán que nos afecta hoy día
al ser uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado la historia reciente
de nuestra democracia).
La Constitución Española en 100 preguntas,
de Ignacio Fernández Sarasola es un trabajo de alta factura que tras su lectura
nos hace comprender puntos clave de nuestra Constitución y, de forma amena, nos
hace comprender como está configurada, y a raíz de ello ver como se configura
el Estado español, su organización territorial y cuáles son los derechos y deberes
que arropan tanto a los ciudadanos como a sus representantes en las Cortes. Un
libro que vale la pena leer y tener de cabecera con la intención, sobre todo,
de comprender del todo de qué nos hablan aquellos a los que hemos dado trabajo
gracias a nuestros votos.