Las Waffen-SS
eran la fuerza de elite de las Schutzstaffel (más conocidas como SS) dirigidas
por Heinrich Himmler y Josef Dietrich. Era la fuerza de combate alemana más
fanática de todas (ya solo su lema lo indicaba: «Mi honor es la lealtad») y entre
sus peculiaridades destaca que el soldado nada más ingresar en este cuerpo se le
tatuaba su grupo sanguíneo en la axila del brazo izquierdo. Esta práctica no
solo indicaba un estatus frente a otros cuerpos militares sino que también se
realizaba por una cuestión práctica ya que si uno de los soldados era herido en
combate y necesitaba una transfusión rápidamente, con solo levantar el brazo,
se podía saber a qué grupo pertenecía. Estos tatuajes estaban hechos o bien con
caracteres de góticos o latino antiqua,
pero aun así, a pesar de lo prácticos que fueran entrañaban un grave peligro
para estos soldados si eran atrapados por el enemigo ya que éste en cuanto
viera dicho tatuaje en el cuerpo del
prisionero fácilmente era identificado como soldado de las waffen-ss. Así pues
cuando estaba finalizando la guerra y también durante la posguerra, por miedo a
ser represaliados, muchos decidieron borrárselo. Pero no era tan
sencillo porque un tatuaje no era fácil de quitar, por lo que unos decidieron eliminarlo
o bien disparándose en la parte superior del brazo, los cuales pasaron a ser
conocidos como “regulares”, o bien mediante una operación quirúrgica, aunque
esta manera fue la menos usada ya que había que pagar al médico que la realizaba
y parece ser que era bastante caro. Todo valía para quitarse de encima aquel
tatuaje que en muchos casos les podía acarrear un castigo grave como por
ejemplo la muerte.