sábado, 10 de agosto de 2019

EL TATUAJE DE SANGRE


Las Waffen-SS eran la fuerza de elite de las  Schutzstaffel (más conocidas como SS) dirigidas por Heinrich Himmler y Josef Dietrich. Era la fuerza de combate alemana más fanática de todas (ya solo su lema lo indicaba: «Mi honor es la lealtad») y entre sus peculiaridades destaca que el soldado nada más ingresar en este cuerpo se le tatuaba su grupo sanguíneo en la axila del brazo izquierdo. Esta práctica no solo indicaba un estatus frente a otros cuerpos militares sino que también se realizaba por una cuestión práctica ya que si uno de los soldados era herido en combate y necesitaba una transfusión rápidamente, con solo levantar el brazo, se podía saber a qué grupo pertenecía. Estos tatuajes estaban hechos o bien con caracteres de góticos o latino antiqua, pero aun así, a pesar de lo prácticos que fueran entrañaban un grave peligro para estos soldados si eran atrapados por el enemigo ya que éste en cuanto viera  dicho tatuaje en el cuerpo del prisionero fácilmente era identificado como soldado de las waffen-ss. Así pues cuando estaba finalizando la guerra y también durante la posguerra, por miedo a ser represaliados, muchos decidieron borrárselo. Pero no era tan sencillo porque un tatuaje no era fácil de quitar, por lo que unos decidieron eliminarlo o bien disparándose en la parte superior del brazo, los cuales pasaron a ser conocidos como “regulares”, o bien mediante una operación quirúrgica, aunque esta manera fue la menos usada ya que había que pagar al médico que la realizaba y parece ser que era bastante caro. Todo valía para quitarse de encima aquel tatuaje que en muchos casos les podía acarrear un castigo grave como por ejemplo la muerte.