domingo, 26 de julio de 2020

¿DE DÓNDE PROVIENE LA PALABRA “ACADEMIA”?


Academo fue un héroe de la mitología a quien se le atribuye haber salvado a la ciudad de Atenas. Cuando Teseo rapto a Helena, sus hermanos Castor y Pólux, los llamados Dioscuros, arrasaron gran parte del Ática  buscándola y cuando llegaron a las murallas de Atenas preguntaron si estaba allí dentro. Entonces uno de sus ciudadanos, un tal Academo, les salió al encuentro y les dijo que allí no la hallarían pues estaba en el pueblo de Afidnas. Así pues los atenienses, en recompensa por haber salvado la ciudad, regalaron a Academo una finca situada a seis leguas de Atenas en el cual se plantaron doce olivos sagrados y se alzaron otros tantos altares dedicados a los distintos dioses y héroes de la mitología griega. 

Con el paso del tiempo la finca y jardines de Academo fueron muy populares entre los atenienses y por ello, precisamente ahí, fue donde Agatocles, más conocido en la Historia como Platón (sobrenombre que se le puso por tener la frente ancha) comenzó a reunirse con sus seguidores y a concertar una serie de encuentros a los que se les llamó Escuela de Akademos o simplemente Academia. Por tanto Platón fue la persona que creó el primer centro de estudios superiores del mundo antiguo. A la entrada de él había un cartel que rezaba  “Nadie entre aquí sin saber geometría” y tras él había no solo un bello jardín sino un complejo de salas de estudio, bibliotecas, pero sobre todo un templo dedicado a las Musas en donde se impartían clases, y por eso se le acabó llamando Museo. Eso sí, a las clases solo podían acudir hombres dándose incluso testimonios de la presencia de mujeres disfrazadas que tenían ansia de obtener sabiduría.

La Academia fue modelo de otras como por ejemplo el Liceo de Aristóteles, el Jardín de Epicuro o el Museo de Alejandría, y como tantos otros centros de estudios a lo largo de la Historia fue evolucionando desde un idealismo inicial hasta un notable escepticismo final. La Academia de Platón echó el cierre en tiempos del emperador Justiniano en el siglo VI y de manera clara anunciaba como una filosofía pagana, antigua,  daba paso a un nuevo tipo de pensamiento: el cristiano.