Dícese de la
expresión que habla de tiempos pretéritos o hace referencia también a épocas
pasadas teñidas de fantasía. Pero ¿cuál es su origen? El principio de esta
historia nos retrotrae hasta la Edad Media, justamente en 1386 cuando la
gallega María Castaña, junto con su marido y sus hijos mataron al recaudador
del obispo de Lugo al ir a reclamar los tributos de su señor. Días después esta
famosa Maria Castaña fue detenida y como castigo a su osadía fue condenada a
donar todos sus bienes a la catedral de Lugo.
Este hecho fue
tan famoso en aquel tiempo que las noticias de esta revuelta fueron pasando de
generación en generación perdiéndose el por qué de esta expresión, quedando
solamente como una coletilla de la cultura popular.