lunes, 11 de noviembre de 2013

¿QUÉ ERA EL SALÓN KITTY?



Cuando los nazis tomaron el poder en Alemania, Kitty Schmidt, que entonces regentaba el burdel más lujoso de Berlín, fue acusada por las autoridades de salvar a judíos poniéndolos a salvo al otro lado de la frontera y de transferir sus fortunas a bancos británicos, acusación que por otro lado era cierta. Los nazis, en vez de detenerla y conducirla a la cárcel o algún campo de concentración le propusieron convertir su salón en una tapadera de las SS, para que a través de sus chicas y de micrófonos ocultos en las habitaciones, sacar información a los altos mandos del partido y a generales que fueran sospechosos de tener opiniones contrarias al Führer.

Cuando la guerra iba bien, el burdel, centro de espionaje y de excentricidades sexuales, iba viento en popa, pero cuando los alemanes empezaron a perder en todos los frentes y se veía cerca el final del Reich de los Mil Años, los clientes fueron disminuyendo. A punto de acabar la guerra las SS decidieron transferir de nuevo la titularidad del burdel a su antigua dueña, pero con la condición de que nunca rebelara los secretos y misterios que hubo durante aquellos años en el Salon Kitty, sino quería acabar muerta. Y así lo hizo, fomentando las increíbles leyendas que se tejieron entre aquellas paredes.