domingo, 8 de junio de 2014

UN CAFÉ A ESCONDIDAS



Esta anécdota demuestra que poco antes de que se produjera el alzamiento militar el 18 de Julio de 1936 ya había elementos de Falange Nacional infiltrados en la oficialidad del ejercito de Ceuta y Melilla. Parece ser que el general Romerales, que era antiguo amigo del presidente Azaña fue nombrado gobernador militar de Melilla, y que tras recibido con honor por los soldados y oficiales fue invitado a una comida. Nada más entrar en el comedor, lo primero que escuchó con alegría fue la famosa canción popular La Cucaracha. Pero cuando iban a sentarse a la mesa algunos soldados algo exaltados empezaron a gritar a coro:

¡CAFÉ, CAFÉ, CAFÉ!

El nuevo gobernador se quedó algo extrañado y les contestó que qué locura era esa de pedir el café del postre si todavía no habían llegado ni los primeros platos. Pero de lo que no se daba cuenta el general era que en verdad aquella gente estaba coreando otra cosa muy distinta, uno de los gritos secretos de los rebeldes:

¡Camaradas, Arriba Falange Española!