jueves, 8 de agosto de 2019

IMPOSICIÓN DE LEYES POR INCOMPARECENCIA


La primera impresión que tenemos cuando se nos habla de Esparta y de sus ciudadanos - soldados es la de unas personas sometidas a unas duras condiciones de vida y comprometidas con el espíritu de sacrificio que imponían sus leyes. Y es verdad pues no erramos ni un centímetro si pensamos de esta manera. El inspirador de este tipo de vida fue  el legislador espartano Licurgo quien se empecinó en imponer este tipo de enseñanzas a su pueblo. Al principio hubo alguna reticencias por parte de un sector de la población por aceptar este estilo de vida tan sacrificado por lo que Licurgo propuso que estas nuevas leyes se pusieran a prueba durante cierto tiempo y que si pasado ese periodo no quedaban contentos tenían todo el derecho a abolirlas. Pero, eso sí, nunca antes de que él volviera de su periplo por otras tierras. Dicho esto se fue hasta el santuario de Delfos y allí hizo una pequeña “trampa” para que sus leyes siempre estuvieran presentes entre los espartanos. Nada más llegar  allí se encerró en uno de sus múltiples templos y se dejó morir de hambre y, por tanto, como nunca pudo volver a Esparta sus leyes nunca pudieron ser derogadas.