Estamos
acostumbrados a ver las grandes mansiones donde viven o trabajan los dirigentes
mundiales y es por eso que asombra el tamaño del centro de poder del Reino
Unido: el 10 de Downing Street. A simple vista parece una casa más en una
calle, y en verdad lo es. El origen de la residencia del Primer Ministro
Británico hay que buscarlo a mediados del siglo XVIII, en 1732, cuando el rey
Jorge II regalo a Robert Walpole tres casas en aquella zona como premio por
haber asegurado la sucesión de los Hanover y por haber saneado la economía del
reino. Estas casas de estilo georgiano fueron unidas por su nuevo propietario y
donadas al lord del Tesoro que era él mismo. Pero aunque las casas ya habían
sido unidas en verdad no eran muy aptas para entrar a vivir en ellas, por lo
que solo quince primeros ministros la habitaron hasta 1902 cuando se tomó la
decisión de reformarla del todo y convertirla desde ese momento en el lugar
donde viviría el Primer Ministro durante todo el tiempo que durara su mandato.