lunes, 7 de octubre de 2013

¡QUÉ RICA ESTÁ LA CERÁMICA!



La condesa D’ Aulnoy, gran observadora de nuestras costumbres, cuenta en sus libros de viaje que en el siglo XVI las mujeres de la alta sociedad española tenían el hábito de mascar pequeños fragmentos de arcilla o loza  durante las comidas. También en los banquetes era común ver a un camarero repartir estos trozos entre los invitados ya que se pensaban que al mascarlos y tragarlos evitaban cualquier tipo de envenenamiento o problemas estomacales. Curiosa costumbre que haría rico a más de un boticario.