sábado, 19 de enero de 2019

EL BIGOTE DE HITLER


Si uno observa una fotografía de Hitler durante la Primera Guerra Mundial se dará cuenta enseguida que en aquellos años el dictador alemán no llevaba su famoso bigote en forma de cepillo. Al revés, era más frondoso llegando incluso a tener hasta puntas. Pero algo debió de pasar durante el conflicto para que Hitler se lo recortara hasta quedarlo un poco más grande que la yema de un pulgar. Este enigma nos lo cuenta uno de sus correligionarios en aquellos años llamado Alexander Frey quien asegura en unos escritos que a la hora de ponerse las máscaras antigás la dimensión del bigote impedía a Hitler colocársela de manera adecuada. Así pues uno de los oficiales le ordenó que se lo recortara todo lo que pudiera. Y así lo hizo, quedándole una mota de pelo encima del labio superior. ¿Quién iba a decirle que años después aquel bigotito iba a hacer furor entre sus admiradores? De todas maneras el nuevo estilo de bigote no le impidió quedarse casi ciego en 1918 durante un ataque de gas mostaza.